¿Qué es el ácido salicílico?
El nombre de esta molécula da pistas sobre cuál es su origen: salicílico proviene del latín salix, que es como se denomina al sauce, el árbol del que se extrajo por primera vez este compuesto. Originalmente el sauce se usaba con fines médicos. Al parecer se trituraba, se quemaba y se infusionaba hasta obtener un extracto que servía para eliminar callos y otras protuberancias de la piel. Es probable que este proceso alquímico llevase a la obtención de ácido salicílico o incluso sus sales y ésteres, los salicilatos, que son compuestos químicos con propiedades exfoliantes.
Ácido acetilsalicílico y ácido salicílico: diferencias clave
El ácido salicílico no se debe confundir con el famoso medicamento ácido acetilsalicílico. Son moléculas diferentes. Mientras que el ácido salicílico es un hidroxiácido, en concreto un compuesto orgánico denominado ácido 2-hidroxibenzoico, el ácido acetilsalicílico es un derivado de uso médico que contiene un grupo acetilo, por lo que su comportamiento bioquímico es notablemente distinto.
Cómo actúa el ácido salicílico en la queratinización de la piel
La palabra ‘exfoliante’, en el caso del ácido salicílico, puede resultar confusa, porque esta propiedad no significa que la molécula actúe descamando, arrastrando o arrancando las partes más superficiales de la piel. No es un exfoliante físico, sino químico: el ácido salicílico actúa inmiscuyéndose químicamente entre las placas de queratina hasta romper los enlaces que establecen entre sí. Es un proceso mucho más amable que la exfoliación física.
Las células más superficiales de la piel se queratinizan, un proceso que es mucho más severo en pieles con acné. La queratinización es un fenómeno natural de renovación de la piel: las células epiteliales, a medida que envejecen, van disolviendo sus orgánulos y perdiendo agua, de modo que al final de su vida quedan reducidas a placas de queratina. Esas placas acaban por desprenderse por sí solas, sin embargo, en pieles patológicas con acné o con algunos tipos de dermatitis, estas placas tienen más adherencia entre sí, dificultando la renovación natural de la piel y provocando la formación de marcas y protuberancias. Por este motivo es esencial romper los enlaces que la queratina establece consigo misma para cuidar de este tipo de pieles.
La queratina enlaza entre sí a través de dos tipos de enlace principalmente: los enlaces disulfuro y los enlaces salinos entre ácidos y aminas. Son enlaces químicos con una naturaleza muy diferente –los enlaces disulfuro son de tipo covalente, mientras que los enlaces salinos son de tipo iónico–, por eso es tan difícil encontrar una única molécula capaz de romperlos a la vez. Sin embargo, el ácido salicílico es una molécula con dos grupos químicos distintos –un grupo ácido y un grupo hidroxilo–, cada uno con afinidad por cada tipo de enlace de la queratina. De forma divulgativa se podría decir que una parte de la molécula del ácido salicílico sirve para romper un tipo de enlace de la queratina, y otra parte de la molécula sirve para romper el otro tipo de enlace de la queratina. Es decir, el ácido salicílico para el acné interrumpe los enlaces naturales de la queratina, se inmiscuye entre ellos. O dicho de una forma más técnica: el hidroxilo del ácido salicílico se orienta hacia el grupo ácido de la queratina, y el grupo ácido del salicílico se orienta hacia el grupo amino de la queratina. De este modo el ácido salicílico rompe los enlaces de la queratina porque compite con ellos.
Propiedades del ácido salicílico para tratar el acné
El ácido salicílico tiene más afinidad por la queratina, que la queratina consigo misma. Por eso, el ácido salicílico para el acné evita que se formen apilamientos de queratina, y hace que los apilamientos de queratina que ya se hayan formado se disuelvan. Esto facilita la renovación natural de piel, dándole un aspecto más luminoso, liso y depurado, algo deseable para todo tipo de pieles. Pero si además se trata de una piel con acné, es básico utilizar productos con ácido salicílico que promueven la renovación de la piel para espaciar brotes, para evitar que el sebo se acumule bajo las placas de queratina formando granos, y para impedir que se formen las marcas, abultamientos y poros marcados típicos del acné.
Ácido salicílico para el acné: ¿cómo usar?
Para obtener los beneficios del ácido salicílico, es esencial usar productos adecuados según las necesidades de cada tipo de piel. Este ingrediente puede encontrarse en geles limpiadores, tónicos y cremas específicas. Por ejemplo, el Effaclar Gel Purificante limpia en profundidad y regula el exceso de sebo mientras exfolia suavemente. Para un tratamiento más concentrado, el Effaclar Ultra Concentrated Serum combina ácido salicílico con otros activos para reducir imperfecciones y refinar la textura de la piel.
Si buscas hidratación junto con propiedades exfoliantes, la Effaclar Duo (+) M es una crema con ácido salicílico para el acné que ayuda a mantener la piel libre de brotes y previene marcas. Además, el Effaclar K (+) es ideal para pieles propensas a la queratinización, ya que proporciona hidratación ligera y exfoliación química suave para evitar poros obstruidos.
El ácido salicílico para el acné es una solución eficaz para combatir los problemas asociados con la queratinización de la piel. Desde la reducción de brotes hasta la mejora de la textura, este ingrediente es un imprescindible en cualquier rutina de cuidado facial diseñada para pieles propensas al acné.